Ubicado en la ahora vibrante Calle Cerra, Prole es un tesoro oculto en Santurce. Prole está ubicado en el centro de un vecindario previamente descuidado, el cual ha experimentado una notable transformación. La Calle Cerra en la Parada 15 de Santurce, ha florecido y se está convirtiendo en un centro gastronómico, con una amplia gama de bares extravagantes y restaurantes de alta categoría.
Al cruzar la puerta del restaurante, lo primero que te llama la atención es una larga y elegante barra, mientras que a tu derecha están 6 mesas para los comensales. Desde el momento en que entras por la puerta, te sumerges en una atmósfera acogedora. El chef y dueño, José Esteban Rivero ha creado un ambiente íntimo lo cual te invita a relajarte y disfrutar de la experiencia culinaria. José Esteban regresó a nuestra isla después de adiestrarse como chef en Filadelfia durante 11 años. Junto con su esposa, Sarah Santos, decidieron abrir su primer restaurante. Después de la devastación causada por el huracán María, esta pareja tomó la decisión de regresar a Puerto Rico, su país natal, con la idea de apoyar el comercio y la economía local. Desde 2018, se han dedicado a respaldar y promover la agricultura puertorriqueña, incorporando productos “De la Finca a la Mesa” en cada uno de los platos que ofrecen.
El personal es amable, atento y bien adiestrado, lo que agrega un toque adicional al evento. La cocina se especializa en sabores internacionales y utilizan ingredientes frescos de alta calidad. El menú cambia regularmente lo cual hace cada experiencia una nueva aventura.
En mi más reciente visita a Prole, comenzamos con los falafels, precisamente un plato nuevo en el menú. Deliciosamente crujientes en el exterior, un toque de pique los eleva a la exquisitez. Estaban llenos de sabor y me dejaron con ganas de más. Sin embargo, debo mencionar que la salsa de yogur que los acompañaba carecía un poco de sabor y no realzaba el plato tanto como se merecía.
A continuación, probamos la tostada de champiñones que fue algo decepcionante. Los champiñones estaban poco sazonados y sentí que necesitaban más queso para compensar. A pesar de ello, la tostada en sí era deliciosa y la rúcula le dio un toque encantador. Sin embargo, este plato carece de la misma complejidad y sabor que los demás.
Lo próximo que probamos fueron los mejillones que verdaderamente merecen aplausos. Sumergirme en esa deliciosa salsa y saborear los mejillones frescos fue un verdadero placer para todos los sentidos. El exquisito caldo a base de vino se puede tomar como una sopa, y la guarnición de chistorra fue un toque espectacular que realzó aún más el plato.
Luego probamos el risotto con vieiras, y puedo decir que estaban perfectamente cocinadas. Encontrar el punto justo con las vieiras no es tarea fácil, pero lo lograron. La sazón estaba perfecta y la textura también. Crujientes por fuera y tiernas por dentro, se mezclaban a la perfección con el arroz cremoso. Este fue otro plato excepcional.
El ultimo plato fue el ragú de pato con gnocchi y fue una experiencia interesante. Tiene un sabor suave a canela que le da un toque especial, pero, aun así, me quedé un poco indecisa si quería seguir comiéndolo… quizás porque ya estaba tan llena. Aunque no estoy completamente convencida, definitivamente necesito probarlo nuevamente para formar una opinión sólida.
Y ahora, el postre que nos hizo volar al cielo: El Butter Cake con Berry Compote. Cada bocado era una explosión de sabores dulces y suaves que dejaron mi paladar extasiado. Simplemente perfecto.
Pero ahí no termina la fiesta. Los bartenders son maestros en la creación de combinaciones originales que satisfacen a los paladares más exigentes. Entre ellos, el cóctel llamado “Antídoto” se ha convertido en mi bebida favorita. Tequila, parcha y albahaca en perfecta armonía, como una sinfonía para mi paladar. En este momento, no pude acomodar más alcohol (culpo el Antídoto) pero en otras ocasiones he probado los vinos y debo decir que su carta es relativamente completa. Tienen aproximadamente 80 vinos y el precio varía desde unos $39 por una botella de Babich Sauvignon Blanc, hasta $145 por un champan Billecart Salmon Rosé. El costo promedio de los aperitivos es alrededor de $21, mientras que para los platos principales, el promedio es de $37.
En definitiva, Prole es un restaurante que merece la pena visitar, con platos que te sorprenderán y cautivarán, y cócteles capaces de animar cualquier celebración. Seguro que te dejará con ganas de volver por más. ¡Que viva la buena comida!
